martes, 6 de noviembre de 2012

keep holding on

"No alimentes tu miedo, y tu miedo morirá de hambre"

Esta gran frase me aporta tranquilidad. Tranquilidad que solo se rompe cuando se me forma un nudo en la garganta al darme cuenta de que se puede conseguir.
Esperanza es una palabra que me gusta mucho. Es como decirte "si, las cosas pueden ir muy mal, pero tranquila, que pasara". Pero no creo que sea algo que traiga la suerte, es decir, no hay esperanza "si hay suerte y todo va a mejor". La esperanza te la trabajas tu solo. Si por muy mal que te vayan las cosas, muy negro, nublado y lleno de mierda que lo veas, crees, en un pequeñito lugar dentro de ti, que en algún momento todo tiene y puede mejorar...mejorara. Creo firmemente en eso. Sino, no se que seria de mi.
Conocerse a uno mismo es algo duro. Tan duro y trabajoso que puede llevarte toda una vida. Yo se que no me conozco ni la mitad de lo que debería  pero ¡eh! que voy mucho mejor. Se que lo que pienso, lo pienso porque soy yo, y no otro. Que lo que me afecta, me afecta porque soy yo, y a mi me afectan esas cosas. No estoy diciendo que me conforme, pues todo esto hay que mejorarlo. Siempre se puede mejorar en la vida.
Cardenales tengo por todos lados. No me siento especial pero he aprendido a enseñar algunos con cierto orgullo. Mi trabajo me ha costado. Son marcas, como tienes tu y tu y tu, solo que estas son mías y me enseñan el recorrido de mi vida. He aprendido un montón de cosas, soy mejor persona. Me comporto mejor conmigo misma, pero todavía algo se me escapa. Doy mucho de comer al miedo. Me pide y me pide, y le doy. Siempre. La única tregua que me da es cuando consigo alejarme de el unos pasos, lo justo para no oírle y entonces...escucho la sangre fluir por mi corazón  Me oigo. Y es entonces cuando se que la felicidad es eso. No tener nudos en la garganta ni angustia ni preguntas que nadie puede responderte pero te obsesionan. Desafortunadamente, no dura mucho tiempo, enseguida vuelve a pedir comida y yo como tonta, y aunque me jure que nunca mas, se la doy. Pero ese pequeñísimo momento hace que nunca jamas me rinda. Que siempre siga ahí al pie del cañón por muy agotada que este. Porque se que en algún momento todo tendrá que acabar y entonces ese momento estará siempre conmigo. Porque los grandes esfuerzos tienen grandes recompensas. Y porque la esperanza es algo que me protege y resguarda. ¿Lo mejor? que a esa esperanza he aprendido a traerla yo y que si he conseguido eso, puedo hacer un montón de cosas. Solo tengo que quedarme la comida para mi  :)

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