A buenas horas.
Soy de vicios sencillos. Hay ciertas cosas en mi vida que me pierden. Ver una película debajo de una manta en invierno comiendo palomitas, me pierde. Ir al norte y perderme entre sus montañas, me pierde. Leer un libro que me encanta una y otra vez, me pierde. Besarle, me pierde. Desgraciadamente también hay otras cosas que me pierden, pero esta vez para mal. Me pierde dar mil vueltas a las cosas. Pensar porque salio asi, o porque después de hacer tal cosa no me siento a gusto. Qué pasa en un determinado momento. Las elecciones me pierden. Podría tirarme media vida para elegir algo importante, pero la vida no te espera. Eliges para bien o para mal, la decisión mas importante de tu vida, queda reducida a unas opciones bastante reducidas y tus sueños no tienen cabida ahí, porque no es un sueño, es la realidad. Solo queda aferrarte a la idea de que has hecho lo correcto con miedo de que cualquier movimiento en falso haga que todo se venga abajo.
Ahora a mi me toca elegir. Elegir algo para lo que ni me imaginaba ni estoy preparada. Un día me levanto y pienso una cosa, otro día me levanto y pienso otra, pero a día de hoy se que en su momento lo hice mal. El orgullo puede jugar malas pasadas, y ahora lo se. Tiene gracia, porque nunca me suelo guiar por el, por el orgullo, y para una vez que lo hago, las consecuencias pueden llegar a ser nefastas.
Tendré que ir viendo que es lo que hago. Elegir por donde quiero tirar.
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